Nacional
Oficialismo lamenta destitución de Muñoz, juez perseguido por sus fallos.
La aprobación de la acusación constitucional que destituyó al ministro de la Corte Suprema, Sergio Muñoz, generó reacciones inmediatas en el Congreso Nacional, centradas en las supuestas motivaciones políticas detrás del proceso. El Senado, actuando como jurado, votó en el libelo contra el ex presidente del máximo tribunal (2014-2015), un proceso que había comenzado en la Cámara de Diputados como una doble acusación que incluía también a Ángela Vivanco, quien ya había sido removida por la propia Corte Suprema.
Desde el oficialismo, que se mostró en contra de la destitución, se criticó el vicio de origen que implicaba acusar a los ex magistrados en un mismo texto, a pesar de que se les imputaban hechos distintos ocurridos en diferentes períodos. En este contexto, se especuló sobre el objetivo oculto de Chile Vamos al impulsar este proceso contra Muñoz, vinculándolo en su primera etapa con Vivanco, quien se relaciona con el caso Hermosilla, que ha afectado principalmente a figuras de la derecha.
El senador Ricardo Lagos Weber (PPD), al argumentar su voto en contra, advirtió que hoy la institucionalidad chilena está crujiendo. Criticó la decisión de presentar una acusación contra Muñoz y señaló que, a raíz del caso de la ex ministra Vivanco, se mezclaron dos causas diferentes, complicando su separación en el discurso público. Recordó que, en su experiencia como joven abogado defendiendo en Consejos de Guerra, cada caso se trataba por separado y nunca se emitía una condena grupal.
Francisco Huenchumilla (DC) también expresó que este proceso estaba viciado de nulidad absoluta, de acuerdo con la Constitución. Por su parte, la senadora Paulina Vodanovic, presidenta del Partido Socialista, condenó la interpretación errónea de la Cámara Baja al permitir un solo libelo contra dos jueces por hechos distintos, que el Senado decidió votar por separado.
Analizó que Muñoz es un juez considerado incómodo por muchos, acusado de ser de izquierda por sancionar violaciones a derechos humanos y defender los derechos sociales. Advirtió que quienes votaran a favor de su destitución enviarían un mensaje grave sobre la imparcialidad del Poder Judicial, socavando la independencia judicial.
La senadora Alejandra Sepúlveda (FRVS) cuestionó la estrategia de la derecha, sugiriendo que podría haber una trampa en la que, al votar por uno, se estaba votando por el otro, lo que resultaría en un empate y un resultado complaciente para todos.
Desde el grupo de diputados oficialistas, Leonardo Soto (PS) lamentó que no se logró desactivar la estrategia de la derecha, que unió la acusación contra Muñoz con la de Vivanco, lo que arrastró al primero a este resultado. Explicó que esta es una estrategia política de empate, y que la derecha no estaba considerando las circunstancias mencionadas en los capítulos del libelo, sino que perseguía a Muñoz por sus fallos a favor de quienes habían sido expulsados de las isapres y por su defensa a quienes carecían de planes de salud.
Finalmente, algunos senadores de la derecha argumentaron a favor de la destitución de Muñoz, criticando su actitud y citando una entrevista que concedió el fin de semana, en la que se le atribuía una actitud soberbia en su rol como ministro del máximo tribunal.
Desde el oficialismo, que se mostró en contra de la destitución, se criticó el vicio de origen que implicaba acusar a los ex magistrados en un mismo texto, a pesar de que se les imputaban hechos distintos ocurridos en diferentes períodos. En este contexto, se especuló sobre el objetivo oculto de Chile Vamos al impulsar este proceso contra Muñoz, vinculándolo en su primera etapa con Vivanco, quien se relaciona con el caso Hermosilla, que ha afectado principalmente a figuras de la derecha.
El senador Ricardo Lagos Weber (PPD), al argumentar su voto en contra, advirtió que hoy la institucionalidad chilena está crujiendo. Criticó la decisión de presentar una acusación contra Muñoz y señaló que, a raíz del caso de la ex ministra Vivanco, se mezclaron dos causas diferentes, complicando su separación en el discurso público. Recordó que, en su experiencia como joven abogado defendiendo en Consejos de Guerra, cada caso se trataba por separado y nunca se emitía una condena grupal.
Francisco Huenchumilla (DC) también expresó que este proceso estaba viciado de nulidad absoluta, de acuerdo con la Constitución. Por su parte, la senadora Paulina Vodanovic, presidenta del Partido Socialista, condenó la interpretación errónea de la Cámara Baja al permitir un solo libelo contra dos jueces por hechos distintos, que el Senado decidió votar por separado.
Analizó que Muñoz es un juez considerado incómodo por muchos, acusado de ser de izquierda por sancionar violaciones a derechos humanos y defender los derechos sociales. Advirtió que quienes votaran a favor de su destitución enviarían un mensaje grave sobre la imparcialidad del Poder Judicial, socavando la independencia judicial.
La senadora Alejandra Sepúlveda (FRVS) cuestionó la estrategia de la derecha, sugiriendo que podría haber una trampa en la que, al votar por uno, se estaba votando por el otro, lo que resultaría en un empate y un resultado complaciente para todos.
Desde el grupo de diputados oficialistas, Leonardo Soto (PS) lamentó que no se logró desactivar la estrategia de la derecha, que unió la acusación contra Muñoz con la de Vivanco, lo que arrastró al primero a este resultado. Explicó que esta es una estrategia política de empate, y que la derecha no estaba considerando las circunstancias mencionadas en los capítulos del libelo, sino que perseguía a Muñoz por sus fallos a favor de quienes habían sido expulsados de las isapres y por su defensa a quienes carecían de planes de salud.
Finalmente, algunos senadores de la derecha argumentaron a favor de la destitución de Muñoz, criticando su actitud y citando una entrevista que concedió el fin de semana, en la que se le atribuía una actitud soberbia en su rol como ministro del máximo tribunal.
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